01/09/20 | Federaciones, Servicios Públicos
Desde OSTA rechazamos la posición adoptada por CCOO, CSIF y UGT contra el Operativo de Prevención y Extinción de Incendios de SARGA y criticamos a estos sindicatos por utilizar un doble juego, al hablar de deuda política con SARGA y de privilegios hacia sus trabajadores a costa de los Agentes de Protección de la Naturaleza.
La “deuda” y “privilegios” a los que aluden CCOO, CSIF Y UGT son difícilmente defendibles cuando se ha recortado de forma importante los meses de contratación de cuadrillas terrestres, conductores de autobomba y puestos fijos de vigilancia, y además se han cerrado esta campaña cuatro puestos fijos de vigilancia en zonas de alto valor ecológico.
Desde OSTA, así como el resto de sindicatos con representación en SARGA y entre los que se encuentran CCOO, UGT y CSIF, hemos defendido las reivindicaciones históricas del colectivo de Prevención y Extinción de Incendios de SARGA, como: el cumplimiento de la ley de Montes con 12 meses de contratación, la estabilidad laboral, la precariedad que supone los contratos de fijo discontinuo, con contrataciones en algunos casos al 20% y que permite los despidos exprés vía telefónica o por WhatsApp, el reconocimiento de la categoría de bombero forestal, el establecimiento de una segunda actividad real, la conciliación de la vida familiar y laboral, entre otras.
Sin embargo, los sindicatos CCOO, CSIF y UGT se han desmarcado en la actualidad de estas reivindicaciones y ahora cargan contra la intención de modificar el modelo de Prevención y Extinción de Incendios de Aragón, aspecto que desde nuestro punto de vista va en detrimento de las reivindicaciones de la plantilla, consolidando la precariedad laboral.
Queremos recordar a estos sindicatos, que el actual modelo se gestiona teniendo a los y las trabajadores de SARGA en el monte con temperaturas superiores a 35ºC realizando tareas silvícolas, temperaturas que con el equipo de trabajo y las motosierras o desbrozadoras llegando estos a soportar condiciones térmicas cercanas a los 50º C.
Por último debemos ser conscientes que los y las trabajadoras de SARGA que en su mayoría viven en los pueblos repartidos por toda la geografía aragonesa, fijan población, generan riqueza y ayudan a la vertebración del territorio. El “magnifico” y actual modelo, está provocando que cada vez sea más difícil cubrir las plazas vacantes en el Operativo y se está produciendo una lenta y agónica fuga de trabajadores y trabajadoras que buscan alternativas de trabajo dignas.
14/08/20 | Federaciones, Servicios Públicos
El Operativo de Prevención y Extinción de Incendios y la sociedad aragonesa padece un año más la pésima gestión de la Dirección de la Empresa pública SARGA y los engaños y la dejadez de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente.
Desde esta Consejería se traslada un mensaje de tranquilidad a la sociedad aragonesa con un Operativo de Prevención y Extinción de Incendios precario y donde solo 8 brigadas helitransportadas, claramente insuficientes para cubrir toda la geografía aragonesa, están contratadas todo el año y unos pocos meses con el helicóptero activo. El cambio climático y las contingencias en el medio rural como temporales, riadas, etc, requieren de un Operativo profesional y multifuncional activo los 12 meses del año.
SARGA utiliza la figura de contratación como fijos discontinuos del personal de Operativo de Incendios de forma perversa y a través de “ERES encubiertos” maquilla las cuentas de la Empresa. Especialmente sangrante nos parece que la Dirección de SARGA esta campaña retrasase intencionadamente un mes la incorporación de más de 50 trabajadores y trabajadoras de Puestos Fijos de Vigilancia como medida de ahorro de costes y olvidando la función esencial que desarrollan.
La Sierra de Albarracín, a lo largo de los años ha contado con una red de 10 puestos de vigilancia de incendios forestales del Gobierno de Aragón, repartidos por su geografía.
Este año de manera incomprensible y por la dejadez del gobierno de Aragón en el mantenimiento de los Puestos de Vigilancia de los que es propietario y por la actitud negligente de SARGA con su personal, solo han sido activados 7 de ellos, suprimiendo los ubicados en los montes de Frías de Albarracín, Griegos y Orihuela del Tremedal. También permanece cerrado este año el Puesto Fijo de Vigilancia de San Juan de Flumen en Huesca.
Esto ha supuesto la eliminación de 8 puestos de trabajo dentro de la llamada “España vaciada”, zonas especialmente castigadas por la despoblación y el abandono rural, donde tan necesario es el fomentar el empleo.
Parece ser que desde algunas instituciones, olvidan, desconocen, o no les importan las zonas de alto valor ecológico con las que cuenta la Sierra de Albarracín como el Humedal RAMSAR de Orihuela, la reserva de la Biosfera del Valle Cabriel, el espacio protegido del rodeno, Zonas LICs, o ZEPAs de la red natura 2000, los abrigos de pinturas rupestres, el coto Micológico, la reserva de caza de los montes universales y los nacimientos de los ríos Tajo, Guadalaviar, Cabriel, Ebrón, Blanco y Gallo).
Estas zonas, son parte importante del patrimonio natural de Aragón, durante este año se van a quedar desprotegidas o mal vigiladas, no podemos olvidar que tras producirse un incendio se puede tardar más de 60 años en recuperar las zonas quemadas o directamente ser irrecuperables.
El terreno irregular provoca que haya zonas de sombra que impiden al resto de puestos de vigilancia detectar y ubicar un posible incendio o hacerlo en un tiempo prudencial. No se puede trasladar esa responsabilidad únicamente a la llamada de particulares en un territorio sin plena cobertura, con una densidad de población baja y con una gran incidencia de incendios por rayo en parajes recónditos en los que cuando se hace visible el incendio es ya por su gran virulencia.
La labor de los vigilantes es necesaria y no se pude sustituir, como bien recoge el Procinfo en su punto 10.2.1.“Los puntos que conforman la red de vigilancia desempeñan una importante función dentro del operativo de lucha contra incendios forestales, gracias a su privilegiada perspectiva de control. Los vigilantes de estos puestos fijos constituyen el primer eslabón en la cadena de alerta y son responsables tanto de la rapidez en la detección como en la precisa localización del foco”
Queremos hacer un llamamiento a las administraciones municipales, Comarcales y Autonómicas, para que reflexionen sobre esta situación y reviertan esta aberración que pone en grave riesgo el patrimonio natural de la Sierra de Albarracín y su potencial como motor económico de la región. Es además un duro golpe para el por si castigado y precario colectivo de vigilantes de incendios forestales del Gobierno de Aragón, que a pesar de su labor esencial en la extinción de incendios y de fijar población y contribuir al desarrollo de la “España vaciada”, sufren una contratación de 4 meses de media.
Con un presupuesto en la Comunidad de Aragón superior a 6.000 millones de euros y cuando nos mareamos con cifras de cientos de miles de millones de euros que se van a dedicar a reactivar la dañada economía española como consecuencia del Covid-19, se nos antoja una nimiedad la partida presupuestaria necesaria para solventar las deficiencias de los Puestos Fijos cerrados esta campaña. De la misma manera nos parece más que asumible económicamente, por los beneficios que originan y la importancia de lo que protegen, que estos trabajadores y trabajadoras vean incrementado los meses activos en sus tareas de vigilancia.
11/05/20 | Federaciones, Servicios Públicos
En los últimos años es práctica habitual de la Dirección de SARGA realizar los trabajos de Prevención de Incendios, fundamentales para evitar los grandes incendios en periodos de máximo riesgo, con cuadrillas incompletas. Esto se realiza con el beneplácito de DGA que no sanciona a SARGA por este hecho, que además incide en la salud de los y las trabajadoras de las cuadrillas que han visto aumentar considerablemente el porcentaje de bajas por sobrecarga de esfuerzos.
A los pocos días de decretarse el estado de alarma se despidieron a trabajadores de Espacios Naturales Protegidos, a pesar de que podrían haber sido de gran ayuda en el mundo rural ante la crisis originada por el Covid-19.
Desde que la nueva Dirección de SARGA está al mando de la Empresa, ha adoptado la lamentable actitud de hacer caso omiso a las denuncias de Inspección de Trabajo y dilatar los tiempos de respuesta a los requerimientos que desde este organismo se hacen.
El último despropósito de la Dirección de SARGA, y actuando de forma negligente, ha sido no tomar medidas estos años atrás respecto a las instalaciones de Puestos Fijos de Vigilancia y no dar respuesta a las denuncias en Inspección relacionadas con sus deficiencias y el peligro para la seguridad de los y las trabajadoras. El Gobierno de Aragón, propietario de las instalaciones, ha mirado a otro lado, lo que junto con la inacción de SARGA, puede dejar a Teruel sin vigilancia en sus montes y a cerca de 50 personas fuera de la Empresa.
Todo esto ocurre cuando la Dirección de SARGA y su pésima gestión de los recursos de SARGA ha originado pérdidas estos pasados años, que quiere ocultar ahorrándose costes a expensas de los y las trabajadoras del Operativo Forestal y ENP, aprovechándose de las características de los contratos fijos-discontinuos. Este hecho lo avala el que a pesar de que desde la Sección Sindical de OSTA se ha denunciado los numerosos contratos en fraude de ley que se dan en la Empresa pública, la Dirección es reacia a transformarlos en indefinidos.
Desde OSTA nos parece inadmisible que se juegue así con los profesionales de SARGA y los servicios esenciales que desarrollan en beneficio de la sociedad aragonesa.
Por ello, y por el valor de los servicios fundamentales que ejecutan demandamos:
- Que se subsanen las deficiencias de los Puestos Fijos de Vigilancia que impiden que puedan desarrollar su trabajo con las mínimas garantías de seguridad.
- Que se les contrate de forma inmediata y se les derive a tareas de vigilancia alternativas mientras se solucionan los problemas de sus puestos de trabajo.
- Que se completen las cuadrillas terrestres que desarrollan trabajos de Prevención fundamentales y que la Empresa quiere restarles valor aduciendo que son tareas meramente selvícolas.
- Que se contrate de forma inmediata a todo el personal despedido durante el estado de alarma y que empiecen su campaña todos los y las trabajadoras que debían hacerlo según el despliegue previsto y que SARGA se ha saltado aprovechando el desconcierto ocasionado por la crisis del Covid-19.
27/03/20 | COVID19, Federaciones, Servicios Públicos
Las secciones sindicales de OSTA, CCOO y SCS del Comité Intercentros de SARGA somos conscientes del momento excepcional en el que vivimos actualmente debido a la grave situación de emergencia sanitaria, y por ello hemos comunicado a la Dirección de SARGA y al Departamento de Medio Natural y Gestión Forestal que los y las trabajadoras de SARGA se ponen a disposición de las necesidades de la sociedad aragonesa para aportar su esfuerzo, dedicación y compromiso con los ciudadanos en las funciones que se requieran.
Dada la dispersión de la población aragonesa y los problemas añadidos que esto implica en una crisis sanitaria como la actual y con la activación del estado de alarma en todo el país, nos ponemos a disposición de las necesidades, allí donde surjan en el territorio, para que los medios humanos y materiales de SARGA, sean destinados, a cuantas actividades sean necesarias en este escenario de emergencia sanitaria nacional.
Los y las trabajadoras de SARGA y en especial los colectivos
del Operativo Forestal y Espacios Naturales Protegidos se encuentran
distribuidos por toda la geografía aragonesa, y al igual que se está haciendo
en otras regiones, pueden utilizarse para tareas de desinfección, reparto de
material sanitario y de Epis de protección individual, apoyo logístico en zonas
despobladas y con alto porcentaje de personas mayores o de movilidad reducida,
etc.
Una vez más demandamos que el Gobierno de Aragón haga uso de
SARGA como una herramienta útil, ágil y necesaria para la sociedad aragonesa y
que no desperdicie su gran potencial humano y sus recursos.
24/07/19 | Federaciones, Servicios Públicos
La Dirección de SARGA con el beneplácito de la administración pretende matar dos pájaros de un tiro, realizando trabajos silvícolas en época de máximo riesgo de incendios en horarios que puramente deberían de ser para vigilancia y extinción de incendios, con la única finalidad de certificar el máximo número de hectáreas de trabajos que financia la Unión Europea y minimizar el coste a sufragar con partidas presupuestarias propias del departamento de medio ambiente.
Desde OSTA
denunciamos una vez más la drástica reducción del tiempo de contratación para
este 2019 de Cuadrillas Terrestres, Conductores de Autobomba (camiones
cisterna) y Puestos Fijos de Vigilancia.
Las labores de
prevención en las estaciones de otoño e invierno son fundamentales para evitar
los incendios y para disminuir y atenuar sus efectos. Una buena planificación de estos trabajos
preventivos es fundamental para que en numerosos casos estos incendios se
queden en conatos (menos de una hectárea) o en incendios de pequeña magnitud.
Debemos recordar detalles como que las cuadrillas helitransportadas, que
trabajan los 12 meses y aseguran un mínimo e insuficiente número de efectivos durante
el año, solo disponen de helicóptero unos pocos meses del año.
También es un
dato preocupante que los Puestos Fijos de Vigilancia, el primer eslabón del
Operativo de Incendios, que es fundamental para una actuación rápida, está
contratado entre 3 y 4 meses de media y en algunos casos solo 88 días.
Desde la Sección
Sindical de OSTA en SARGA exigimos la paralización de los trabajos silvícolas.
SARGA y DGA hacen oídos sordos a la petición lanzada desde la parte social de
que en máxima activación el Operativo de Incendios realice tareas más livianas
y esté en condiciones óptimas para dar respuesta a las alertas por incendios. Consideramos
que, durante el periodo de alerta por altas temperaturas, el Operativo de
Incendios ha de concentrarse en tareas como prácticas de incendios,
mantenimiento de la forma física, acondicionamiento del material y de la
maquinaria, formación, etc.
Debemos una vez
más recordar que no existe una regulación real del trabajo a altas temperaturas
en SARGA, más allá de una instrucción técnica elaborada sin el consenso de la
representación legal de los trabajadores y trabajadoras. En esta instrucción
técnica entre otras cosas, no se tiene en cuenta la temperatura real de trabajo
del personal de las cuadrillas. Días de 35 ºC con todo el equipo de trabajo y
en plena actividad física, la temperatura que ha de soportar el trabajador o
trabajadora puede rondar los 50ºC.
Por elle desde OSTA entendemos que se está actuando de forma irresponsable. Mandar 12 horas a un incendio a trabajadores y trabajadoras tras una jornada de trabajos silvícolas con estas elevadas temperaturas es una temeridad. La solución no es aconsejarles que se hidraten y que disminuyan el ritmo de trabajo o paren cuando así lo estimen, si al mismo tiempo se les presiona para que actúen y saquen el trabajo de un número de hectáreas determinado.
Por todo ello, demandamos
que se actué antes de lamentar una desgracia que no tenga solución.