Jugar no tiene género
Se trata de juguetes clasificados según su temática, sin hacer distinción entre productos para niñas y para niños. Entendiendo que jugar es una actividad universal que trasciende categorías de género.
La idea de fondo es que los propios chicos y chicas puedan elegir con qué quieren jugar, sin que ninguna publicidad limite sus intereses. Se trata, pues, de que tanto niños como niñas accedan a todo tipo de juguetes. De este modo, se amplía tanto su desarrollo como su gama de oportunidades en el futuro.
- ¿Cuáles son las consecuencias de los estereotipos de género en los juguetes?
- Promueven la discriminación, replicando la desigualdad.
- Alejan a los niños y niñas de sus verdaderos intereses.
Se limitan las oportunidades de desarrollo.
En esta línea, por ejemplo, existen campañas para liberar a los juguetes de sus restricciones de género, y promueven que tanto fabricantes como tiendas sean neutrales tanto en la disposición de los juguetes como en su presentación y empaquetado.
Todos los colores del arco iris pertenecen a todas las niñas y niños del mundo.
Aunque se ha avanzado mucho en la distinción de los juguetes por género, aún asociamos determinados productos (como muñecas, cocinas, coches, construcciones) con el género del menor. “Hay mucho por mejorar, pero las diferencias en los juguetes de hoy y los de hace 30 años son enormes. Son menos machistas y con menos presencia de estereotipos, y lo mismo ocurre con los juegos y la publicidad. Cada vez que un fabricante cruza alguna línea roja en sus anuncios (machismo, estereotipos de género o raciales), se expone al rechazo. Marcas muy conocidas ya incluyen entre sus juguetes una mayor diversidad de género, de etnias, de aspecto y de capacidades”
En los últimos años, las estanterías de las jugueterías se han llenado de productos infantiles que reflejan la diversidad social y respetan la igualdad de género, contribuyendo a la formación de personas más tolerantes, solidarias y respetuosas. Son juguetes y juegos inclusivos, es decir, para todos y todas.
Antes de adquirir un juguete, además de tener en cuenta los gustos de los y las menores –sin duda, muy importantes–, conviene reflexionar si es adecuado para su edad, su grado de madurez y sus necesidades.
A la hora de elegir hay que tener en cuenta también si el juguete aporta y apuesta por valores como la igualdad, la diversidad y la inclusión. El que sea apto para todos y todas las menores, independientemente de su raza, género, características físicas o psíquicas es, asimismo, primordial. “El juego es importante en el desarrollo de la identidad y como elemento socializador”. Si perpetúan estereotipos, probablemente los niños y las niñas aprenderán que la realidad está unida a esas diferencias, bien sean de género, culturales o de diversidad funcional, utilizando juguetes inclusivos, los y las menores. Este enfoque en los juguetes aportará muchos beneficios a largo plazo a la hora de fomentar sociedades más igualitarias.
Los padres y las madres tienen un papel importante en la prevención del sexismo en los juguetes. Al comprar juguetes, se debe tener en cuenta los intereses de sus hijos e hijas y elegir juguetes que no estén etiquetados por género. También deben hablar con sus hijos e hijas sobre los estereotipos de género que pueden encontrar en los juguetes y enseñarles a pensar críticamente sobre ellos. Se pueden elegir juguetes que promuevan la igualdad de género y fomenten la creatividad, como juegos de mesa, juguetes educativos…
El sexismo en los juguetes es una cuestión importante que debe ser abordada. Se deben tomar medidas para promover la igualdad de género a través de la elección de juguetes apropiados para sus hijos e hijas. Al enseñarles a pensar críticamente sobre los estereotipos de género, los padres y las madres pueden ayudar a prevenir el sexismo en los juguetes.
Recuerda que en la mayoría de catálogos de juguetes es evidente la segregación por género de los juguetes. Muñecas, accesorios de belleza o tareas domésticas aparecen en páginas «rosas», en las que aparecen niñas jugando a ser madres, cuidadoras o princesas, aprendiendo con los juguetes a limpiar, cocinar y a estar guapas. En las páginas en las que predominan colores como el azul, el rojo o el negro, aparecen coches, superhéroes, motos y dinosaurios entre niños jugando a aventuras.
Piensa que el rosa no es de niñas y el azul de niños.
Piensa que no hay juguetes diferentes e incompatibles para niñas y para niños.
Muestra a niños y niñas catálogos igualitarios para que sus elecciones se deriven de sus gustos e intereses desvinculándolos del mensaje sexista.