Desde OSTA rechazamos la posición adoptada por CCOO, CSIF y UGT contra el Operativo de Prevención y Extinción de Incendios de SARGA y criticamos a estos sindicatos por utilizar un doble juego, al hablar de deuda política con SARGA y de privilegios hacia sus trabajadores a costa de los Agentes de Protección de la Naturaleza.
La “deuda” y “privilegios” a los que aluden CCOO, CSIF Y UGT son difícilmente defendibles cuando se ha recortado de forma importante los meses de contratación de cuadrillas terrestres, conductores de autobomba y puestos fijos de vigilancia, y además se han cerrado esta campaña cuatro puestos fijos de vigilancia en zonas de alto valor ecológico.
Desde OSTA, así como el resto de sindicatos con representación en SARGA y entre los que se encuentran CCOO, UGT y CSIF, hemos defendido las reivindicaciones históricas del colectivo de Prevención y Extinción de Incendios de SARGA, como: el cumplimiento de la ley de Montes con 12 meses de contratación, la estabilidad laboral, la precariedad que supone los contratos de fijo discontinuo, con contrataciones en algunos casos al 20% y que permite los despidos exprés vía telefónica o por WhatsApp, el reconocimiento de la categoría de bombero forestal, el establecimiento de una segunda actividad real, la conciliación de la vida familiar y laboral, entre otras.
Sin embargo, los sindicatos CCOO, CSIF y UGT se han desmarcado en la actualidad de estas reivindicaciones y ahora cargan contra la intención de modificar el modelo de Prevención y Extinción de Incendios de Aragón, aspecto que desde nuestro punto de vista va en detrimento de las reivindicaciones de la plantilla, consolidando la precariedad laboral.
Queremos recordar a estos sindicatos, que el actual modelo se gestiona teniendo a los y las trabajadores de SARGA en el monte con temperaturas superiores a 35ºC realizando tareas silvícolas, temperaturas que con el equipo de trabajo y las motosierras o desbrozadoras llegando estos a soportar condiciones térmicas cercanas a los 50º C.
Por último debemos ser conscientes que los y las trabajadoras de SARGA que en su mayoría viven en los pueblos repartidos por toda la geografía aragonesa, fijan población, generan riqueza y ayudan a la vertebración del territorio. El “magnifico” y actual modelo, está provocando que cada vez sea más difícil cubrir las plazas vacantes en el Operativo y se está produciendo una lenta y agónica fuga de trabajadores y trabajadoras que buscan alternativas de trabajo dignas.