Sin darnos cuenta, volvemos a estar en Navidad. Resulta obvio decir que las guerras no son únicamente batallas en el frente. Desde que se inician trastocan la vida de miles de personas.
Para muchos niños y niñas seguirán siendo muy distintas. Quienes viven en países devastados por las guerras y los conflictos armados, estas fechas representan un desafío adicional para poder creer en la paz.
¿Cómo será la Navidad de los niños y las niñas de Ucrania, Israel, Líbano o Nigeria o los de la franja de Gaza? Decía Plinio el Joven que “la guerra es un atentado contra el género humano”. Pero lo es especialmente contra los niños y las niñas. ¿Qué han hecho para ser víctimas o testigos de esa increíble brutalidad?
No habrá para los niños y las niñas de la guerra más que miedo y horror en esta Navidad. Miedo a las bombas, a la muerte, al hambre, a la enfermedad, a la pérdida de la familia… Horror ante la destrucción de viviendas, ante la muerte de personas queridas, ante un futuro incierto.
La guerra y la Navidad se repelen como fuerzas antagónicas. ¿En nombre de quién se puede robar la Navidad a estos niños y a estas niñas? ¿En nombre de qué causa se les puede arrebatar sus derechos? Derecho a la paz, a la seguridad, al alimento, al cobijo, a la educación, a ser queridos, a ser protegidos.
Resulta casi inexplicable cómo en muchos países del mundo se celebran estas fiestas con millones de bombillas de colores, con todo el derroche que es imaginable, mientras en otros lugares del mismo mundo personas con iguales derechos mueren y pasan calamidades.
Todas las guerras, justas o injustas, desastrosas o victoriosas, son guerras contra los niños.
A día de hoy hay uno de cada cinco menores en todo el mundo que viven en zonas de guerra. La infancia, en lugar de estar protegida, es atacada constantemente. Los más vulnerables de la sociedad han pasado a ser objetivo. Los efectos de la guerra en la infancia es devastadora.
Miles de niños y niñas en todo el mundo sólo piden paz y un hogar donde vivir con su familia. No podemos dejarlos atrás.
Maite Serrano
SN Políticas de Igualdad