El sindicato OSTA rechaza esta reforma ya que asume un modelo de estructura de mercado, que ha sido impuesto por la Unión Europea, en base a unas directrices neoliberales que generan una gran desigualdad.
Esta reforma laboral consolida las exigencias establecidas por la patronal durante las últimas reformas laborales, aprobadas por los gobiernos del PSOE y del PP, para que la negociación colectiva siga centralizada en Madrid, lo que ha supuesto convenios estatales con condiciones laborales inferiores a los acordados en los diferentes territorios
Aceptar este acuerdo sin haber derogado las anteriores reformas laborales, es asumir por parte de los sindicatos CCOO, UGT y el Gobierno los mecanismos de flexibilidad, la reducción de las indemnizaciones por despido, los descuelgues salariales, así como la distribución irregular de la jornada, consolidando de esta forma la precariedad laboral.
Esta reforma asume un modelo de estructura de mercado que ha sido marcado por la Unión Europea, con sus directrices neoliberales, generando más desigualdad y por lo tanto, exigen a los parlamentarios de izquierdas, su voto negativo a esta reforma.
David Lázaro Aguilera, secretario general de OSTA, señala que “el trabajo digno es el mayor garante para el reparto de la riqueza y esta reforma no consigue ese objetivo, puesto que no aborda grandes cambios estructurales en Aragón. Siendo un nuevo lavado de cara por parte de este Gobierno, para complacer a la patronal y a las exigencias de la Unión Europea”.