Durante la historia moderna y contemporánea la movilización social ha sido una de las señas de identidad de los movimientos sociales; una herramienta de lucha para la conquista de derechos, que articula la participación con el fin de impulsar cambios concretos, así como también propuestas y alternativas al modelo capitalista.
Desde la militancia de OSTA tenemos que tener claro que organizaciones como la nuestra, en el momento en el que pierden la capacidad de movilizar pierden su esencia y por lo tanto se diluyen en procesos y dinámicas conformistas, tal como se diluye un terrón de azúcar en un café mañanero. De este modo, dejan de ser organizaciones capaces de confrontar y producir mejoras sustanciales en las condiciones laborales, para convertirse en instrumentos útiles para los poderes dominantes. Dicho de otra forma, pasan a ser parte del problema, reforzando la idea tan extendida hoy en día de que los sindicatos tienen poca capacidad de transformación y por lo tanto poca utilidad.
De esto mismo hemos tenido claros ejemplos en las últimas décadas, como el caso de las Comisiones Obreras, un sindicato que tras el proceso de transición, se fue transformando en un elemento esencial de las estructuras del Estado y de los poderes económicos, convirtiéndose en una herramienta legitimadora de las políticas neoliberales. O el caso de UGT, un sindicato que llegó a asumir la dictadura de Primo de Ribera, que posteriormente fue determinante en el periodo republicano español, y que ahora no es más que la muletilla del principal partido del Reino de España. Al final los domaron, los doblaron y los domesticaron.
No ha de ser esa nuestra deriva. Por ello, nuestra labor como militantes de OSTA es impulsar la movilización, tanto en las calles, como en los centros de trabajo. Esto ha de ser parte del ADN de nuestra organización y nuestro ejemplo ha de generar una clara tendencia y referencia en el sindicalismo aragonés. Porque la realidad es que detrás de las soflamas beligerantes de uso común en campañas políticas, procesos electorales y redes sociales, hay amplios sectores del sindicalismo que a la hora de la verdad son reacios a la movilización y la confrontación. Sin embargo, el hecho de impulsar estas dinámicas desde OSTA obligara a estos agentes a sumarse, porque una vez encendida la chispa e iniciado un proceso movilizador, no les quedara otra que asumirlo y sumarse.
Eso sí, debemos tener muy claro que la movilización sin la argumentación adecuada no servirá de nada, porque movilizarse supone un gran esfuerzo de militancia que necesita apoyo y resultados para mantener el ánimo, avanzar y crecer. Porque además, la movilización sirve para confrontar a las clases dominantes y esos poderes controlan los principales medios de comunicación que marcan el discurso dominante. Eso significa que, para confrontarlos de forma efectiva debemos ser capaces de transmitir bien el mensaje en nuestros centros de trabajo, de modo que la movilización se entienda como necesaria y esperanzadora por parte de quienes deben secundarla. Si no conseguimos explicar y transmitir la necesidad de sumarse a estas movilizaciones no conseguiremos la retroalimentación necesaria para mantenernos firmes y conseguir nuestros objetivos.
Por ello, en los últimos años y tras diferentes análisis de la Ejecutiva Nacional, se apostó por impulsar todavía más una estrategia sindical basada en la confrontación y en la movilización en los centros de trabajo y por su puesto en la calle. Pero no una confrontación como fin en sí misma, carente de contenido y perspectiva. Sino todo lo contrario, una estrategia alejada de panfletarios y de acuerdo vacíos que solo complacen a unos pocos y que a veces son más cosméticos que reales. Una estrategia basada en acciones meditadas que tengan una repercusión concreta y unas consecuencias determinadas, consiguiendo no solo la visualización de los problemas y las demandas, sino también la consecución de resultados reales, cambios esperanzadores y mejoras sustanciales.
Los años 2021 y 2022 han sido determinantes en este proceso, por una lado con las movilizaciones en contra de la reforma laboral, siendo las dos movilizaciones que convocamos como sindicato las más importantes en Aragón, aglutinando a cientos de personas en ambas ocasiones en las calles de la capital aragonesa.
Por otro lado, no podemos obviar que el sindicato en su IV Congreso Nacional, aprobó la creación y puesta en marcha de la Caja de Resistencia, convirtiéndonos así, en el único sindicato de clase con una herramienta de estas características en Aragón. Una herramienta fundamental como apoyo material de la movilización y que supone por sí misma una demostración de la capacidad de respuesta de la organización. Con ella nos dotamos de un instrumento que hemos de hacer útil para los intereses de la clase trabajadora de este País, y que ha de articularse acompañada de la movilización sindical en los centros de trabajo y en las calles.
Por último, y no menos importante, este 1º de Mayo, fue el primero en que nos movilizamos en solitario, no por una estrategia propia o un interés en romper la unidad de otros años. Sino porque aquellas organizaciones con las que nos hemos movilizado en anteriores ocasiones consideraron buscar otros espacios, hecho respetable, pero que no ha de condicionar nuestras convicciones ni nuestra propia línea de trabajo. Quizás los movimientos que como organización hemos realizado y nuestro crecimiento hayan podido generar la necesidad de distanciarse. De todas formas, si alguien tiene dudas al respecto, ha de preguntar a estas organizaciones.
En cualquier caso, como consecuencia de ello, una vez más volvimos a demostrar que tenemos un gran músculo militante, muy por delante de la mayoría de las organizaciones sindicales de Aragón.
Y esto es algo que nos debe enorgullecer y servir de aliciente para seguir creciendo y demostrando que hay otras formas de hacer sindicalismo, sin injerencias ni tutelajes desde Madrid, con libertad para confrontar cuando lo consideramos necesario y sin dependencias económicas que nos condicionen y limiten en este sentido.
SERCHIO TELLA BARCELONA
Secretario de Organización de OSTA