Tras meses de incertidumbre acerca de cómo se efectuará la gestión del curso escolar 2020-2021 con la pandemia del COVID-19, el presidente de Aragón, Javier Lambán, anunciaba ayer que una de las medidas que está encima de la mesa es que el servicio de comedor ya no tendrá lugar en los espacios habituales y pasará a llevarse a cabo en las aulas.
Desde OSTA urgimos a que dicha decisión sea apoyada con otras medidas para que esta modificación no suponga un deterioro en las condiciones laborales del personal del sector de colectividades y de monitoras de comedor.
En primer lugar, instamos al Gobierno de Aragón a que se tenga en cuenta la realidad del sector de colectividades, y por ello solicitamos comunicación constante con el Departamento de Educación. El personal de cocina no debe de ser tomado como “trabajadores de segunda”, ya que su función también es esencial para el desarrollo normal del curso escolar.
Por otro lado, y ahora más que nunca, insistimos en la necesidad de la creación de una ley de ratios de la Comunidad Autónoma de Aragón tal y como disponen otras comunidades. La sobrecarga de trabajo que ya sufren muchas compañeras del sector será mayor con esta nueva medida, y por tanto es urgente que se regule el nº de horas necesarios en los comedores teniendo en cuenta esta nueva variable.
Por último, exigimos que en el caso de un futurible cierre de los centros escolares la Administración se haga cargo de los salarios de las trabajadoras, ampliando con una legislación autonómica lo establecido en el Art. 34.1 del Real Decreto-Ley 8/2020. Dicho personal ha pasado de los ERTES al desempleo, y una nueva inclusión en otro proceso de ERTE será la puntilla a las trabajadoras del sector, con salarios y jornadas bajos y parciales.