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El pasado viernes 27 de enero se firmó el preacuerdo para la renovación del Convenio Colectivo del Sector de la Distribución de Alimentación de la Provincia de Zaragoza, donde OSTA está presente.
Dicho texto recoge un incremento en las tablas salariales de 2023 del 8% respecto de las anteriores, así como un 3% para el año 2024. Además, se recoge una paga firma de convenio de 800 Euros, y una cláusula de revisión salarial del 2%.
Desde OSTA valoramos de manera positiva esta firma, ya que por fin se ha podido dar salida a un texto bloqueado desde 2021, y que recoge subidas salariales acordes a las pactadas en otros sectores.
Desde OSTA apoyamos las reivindicaciones y la convocatoria de huelga de los y las trabajadoras del Sector de Limpieza de la provincia de Huesca.
Este sector requiere una actualización de su Convenio colectivo, con incrementos acordes con los datos de inflación.
El Sector de la Limpieza es un sector fundamental, además de haber sido esencial durante la pandemia de la Covid19, por ello, es necesario ahora más que nunca un incremento salarial que dignifique un sector excesivamente precarizado, con contratos a tiempo parcial y feminizado, en algunos casos por debajo del Salario Mínimo.
La patronal del sector es la única responsable de la precarización de las plantillas de limpieza en Huesca y por eso desde OSTA os animamos a secundar la convocatoria de huelga indefinida en el sector.
Es obligatorio mejorar las condiciones laborales y dignificar un sector, que lleva sin Convenio colectivo desde el año 2018.
Nos sobran los motivos a los y las trabajadoras del sector para reivindicar en la calle nuestros derechos y un convenio digno para todos y todas las trabajadoras del sector de Limpieza de Huesca.
El pasado jueves 08 de diciembre se publicó en el BOE el “tan publicitado” Convenio Estatal de marcas de restauración moderna, que podría afectar a trabajadores y trabajadoras de empresas como “McDonal’s”, “Goyko”, “KFC”, entre otras.
Desde OSTA defendemos que cuanto más se aleja la negociación de nuestros centros de trabajo y nuestro territorio peores condiciones laborales se obtienen, y de nuevo los sindicatos estatales y FETICO nos dan la razón.
Porque esto no es una cuestión de subjetividad, sino que la comparativa del convenio de restauración moderna (o “convenio basura”) respecto del convenio provincial de Hostelería de la Provincia de Zaragoza habla por sí sola.
Comenzando por las cuestiones salariales, el nuevo convenio firmado para 5 años tan solo recoge subidas totales del 9%, con revisión de IPC topada al 2%. Y con salarios de inicio de, aproximadamente, casi 3.000 euros menos anuales respecto del convenio Provincial.
En otro tipo de condiciones laborales, el nuevo convenio sigue empeorando en todos los aspectos las condiciones recogidas en el Convenio Provincial, y en el cuadro comparativo que se adjunta al final se pueden observar alguna de las pérdidas.
Lamentamos profundamente la pérdida de derechos de las personas trabajadoras del sector, aunque esta firma no nos sorprende puesto que CCOO y UGT ya hicieron lo propio con el Convenio de la Restauración Colectiva, convenio que ya ha quedado muy por debajo del provincial, y en este sentido no descartamos movilizaciones en el sector.
Después de casi tres años de negociación, el pasado día 28 de noviembre, la parte empresarial junto con los sindicatos CCOO y UGT alcanzaron un acuerdo para la renovación del Convenio Estatal del Contact Center, cuya duración será de 7 años y en el que las subidas pactadas serán del 0% para los años 2020 y 2021, del 3,5% para los años 2022, 2023 y 2024 y para los años 2025 y 2026 del IPC del año anterior, con un mínimo del 1% y un máximo del 3,5%.
OSTA se opone firmemente a la firma de este convenio, dado que la alta duración, así como las subidas salariales planteadas conlleva a una clara pérdida del poder adquisitivo de las plantillas del sector, plantillas ya de por sí precarizadas.
Además, la central aragonesa ve con preocupación la posibilidad firmada de realizar contratos fijos discontinuos a tiempo parcial, puesto que desde el sindicato no entienden esa necesidad, y posibilita el tener “trabajadores a la carta”.
Según Olga Gómez, responsable del Contact center de OSTA “se ha echado mano de lo peor de la última Reforma Laboral, al incluir la posibilidad de realizar contratos fijos discontinuos a tiempo parcial, lo que significa tener plantillas a la carta.”
Otra de las cuestiones que se han quedado sin abordar es el sistema de teletrabajo, que en este sector es perfectamente compatible, tal y como se ha visto durante la pandemia del COVID, y que facilita la conciliación de la vida familiar de los y las trabajadoras del sector.
Por último, el sindicato aragonés vuelve a destacar la importancia de negociar los convenios colectivos desde el territorio y los centros de trabajo, dado que queda de manifiesto que son los convenios provinciales y autonómicos los que recogen mayores beneficios que los estatales.
A través del botón de abajo podrás descargar un resumen del convenio firmado
La violencia contra las mujeres es un fenómeno universal e histórico que afecta a las mujeres y niñas de todas las clases sociales, tratándose de una manifestación de desigualdad entre las mujeres y los hombres.
El sistema heteropatriarcal ejerce muchos tipos de violencia contra las mujeres. El reconocimiento de estas violencias es fundamental para eliminarlas desde la raíz.
El maltrato, el acoso, la trata con fines de explotación sexual y laboral, las violaciones… son algunas de las agresiones que sufren las mujeres por el simple hecho de serlo.
La violencia de género en los años 50’ y 60’, se denominaba “un problema de pareja”, si se hacía visible imperaba el “por algo será” y es que como hemos mencionado antes, el sistema heteropatriarcal relegaba a la mujer a la casa, con el rol de “atender al hombre”.
Durante la transición democrática las asociaciones de mujeres y las organizaciones feministas proliferaron y su trabajo fue decisivo para el desarrollo del movimiento feminista y para la conquista de la democracia en el estado español.
Después de la represión y la dominación de las mujeres durante casi cuarenta años de franquismo, las mujeres estaban necesitadas y deseosas de un gran cambio social, político, cultural y legislativo.
Hoy se denuncia y se protesta porque las mujeres son golpeadas, humilladas, violadas, asesinadas… y hay muchas que hoy en día aún tienen dificultades para denunciar. Antes ocurría en un silencio social, mediático y familiar.
En la actualidad, la violencia de género sigue siendo un grave problema social que acaba con la vida de gran número de mujeres cada año, además de las que sufren grandes lesiones físicas y psicológicas. Es un problema que ha adquirido gran importancia en los últimos años y al que se han
destinado muchos esfuerzos, programas y políticas sociales, aunque es evidente que queda mucho por hacer.
La violencia de género tiene su origen en la cultura, la educación, la religión, las leyes, el propio lenguaje… En el ámbito jurídico, en muchas legislaciones nacionales, la mujer es tratada como una persona sin capacidad para tomar sus decisiones, sin derecho a decidir sobre su formación, su matrimonio, su economía… en definitiva, sin derecho a decidir sobre su propia vida.
Podemos hablar de tres tipos de violencia contra las mujeres: física, psíquica y sexual y de tres ámbitos donde se produce: la familia, la comunidad en general y la perpetrada o tolerada por el estado.
La violencia física, sexual y psicológica que se produzca en la familia, incluidos los malos tratos, el abuso sexual de las niñas en el hogar, la violencia relacionada con la dote, la violación por el marido, la mutilación genital femenina y otras prácticas tradicionales nocivas para las mujeres, los actos de violencia perpetrados por otros miembros de la familia y la violencia relacionada con la explotación.
La violencia física, sexual y psicológica perpetrada dentro de la comunidad en general, inclusive la violación, el abuso sexual, el acoso y la intimidación sexual en el trabajo, en instituciones educacionales y en otros lugares, la trata de mujeres y la prostitución forzada.
La violencia física, sexual y psicológica perpetrada o tolerada por el estado, donde quiera que ocurra.
Los constantes recortes hacen inviable una protección real y efectiva de las víctimas de violencia de género. Y es que el sistema patriarcal está tan profundamente instaurado en nuestra sociedad, que siempre encuentra resquicios para seguir sometiendo a las mujeres.
La mejor forma de erradicar la violencia de género es con la prevención y el primer paso es la educación, ya que el patriarcado se recicla y se aprende a edad muy temprana, elevando una figura arquetípica en la que reconocerse.
La explicación es que ningún sistema de poder es admitido de manera espontánea por aquellos sobre los que se ejerce; cuando dicha apariencia
de espontaneidad y naturalidad se alcanza, lo principal ya se ha logrado, esto es, que el poder se ha admitido.