RASMIA 5

RASMIA 5

Este RASMIA que estás a punto de leer no es una edición más de nuestra revista. Por un lado vas a poder zambullirte en la historia de nuestra organización, justo ahora que acaba de cumplir 20 años, pero también ser testigo de eventos que han de marcar nuestro futuro y por ende el de nuestra tierra.

Dos decenios dan para echar la vista atrás y ver en perspectiva cómo hemos cambiado, como hemos crecido desde aquellos días de la primavera de 2002, en los que un puñado de personas se liaron la manta a la cabeza y asumieron el futuro sin injerencias externas, por muy incierto que este futuro pudiera parecer.

20 años en los que hemos dado prueba de nuestro compromiso con nuestro país, Aragón, de la única manera que lo sabemos hacer: defendiendo los intereses de la clase trabajadora.

Daremos voz en este RASMIA a algunas de esas personas que desde aquel 2002 militan y participan del sindicato siendo a día de hoy activos del mismo en las empresas a las que representan, pero también recordaremos a algunas que ya no están, como Carmen Murlanch, cuya chispa de inspiración y dedicación sigue viva en cada persona que alguna vez tuvo la fortuna de toparse con ella.

Pero no vamos a mirar únicamente a nuestro pasado con ojos nostálgicos y complacientes, ya que la veintena nos ha pillado con las fuerzas y los compromisos renovados para afrontar un nuevo período electoral concentrado -comenzando con el sector de la industria- en el que tenemos la seguridad de que cada vez más gente se va a sumar a nuestro proyecto, como único contraponer aragonés real en la defensa de sus intereses laborales.

Hablaremos de un momento crucial para nuestra organización con la definitiva puesta en marcha de nuestra CAJA DE RESISTENCIA como herramienta solidaria para impulsar y profundizar en nuestro modelo de confrontación. Esta herramienta, destinada a ayudar económicamente a aquellas personas afiliadas inmersas en huelgas, ha de darnos una OSTA aún más valiente, más participativa, más robusta.

Para redondear este número 5 de RASMIA, en nuestro compromiso de no perderle la cara a la actualidad, te traemos otros de los escenarios y conflictos en que estamos echando el resto, como nuestra lucha por la conciliación en contra de la apertura de comercios en festivos o el inicio de la negociación del Convenio autonómico de la discapacidad.

Así mismo tendrás artículos con algunos actos en los que participamos el pasado verano, como el acto por la reapertura del túnel de Canfranc, la manifestación del orgullo LGBT+.

.

La movilización como seña de identidad

La movilización como seña de identidad

Durante la historia moderna y contemporánea la movilización social ha sido una de las señas de identidad de los movimientos sociales; una herramienta de lucha para la conquista de derechos, que articula la participación con el fin de impulsar cambios concretos, así como también propuestas y alternativas al modelo capitalista.

Desde la militancia de OSTA tenemos que tener claro que organizaciones como la nuestra, en el momento en el que pierden la capacidad de movilizar pierden su esencia y por lo tanto se diluyen en procesos y dinámicas conformistas, tal como se diluye un terrón de azúcar en un café mañanero. De este modo, dejan de ser organizaciones capaces de confrontar y producir mejoras sustanciales en las condiciones laborales, para convertirse en instrumentos útiles para los poderes dominantes. Dicho de otra forma, pasan a ser parte del problema, reforzando la idea tan extendida hoy en día de que los sindicatos tienen poca capacidad de transformación y por lo tanto poca utilidad.

De esto mismo hemos tenido claros ejemplos en las últimas décadas, como el caso de las Comisiones Obreras, un sindicato que tras el proceso de transición, se fue transformando en un elemento esencial de las estructuras del Estado y de los poderes económicos, convirtiéndose en una herramienta legitimadora de las políticas neoliberales. O el caso de UGT, un sindicato que llegó a asumir la dictadura de Primo de Ribera, que posteriormente fue determinante en el periodo republicano español, y que ahora no es más que la muletilla del principal partido del Reino de España. Al final los domaron, los doblaron y los domesticaron.

No ha de ser esa nuestra deriva. Por ello, nuestra labor como militantes de OSTA es impulsar la movilización, tanto en las calles, como en los centros de trabajo. Esto ha de ser parte del ADN de nuestra organización y nuestro ejemplo ha de generar una clara tendencia y referencia en el sindicalismo aragonés. Porque la realidad es que detrás de las soflamas beligerantes de uso común en campañas políticas, procesos electorales y redes sociales, hay amplios sectores del sindicalismo que a la hora de la verdad son reacios a la movilización y la confrontación. Sin embargo, el hecho de impulsar estas dinámicas desde OSTA obligara a estos agentes a sumarse, porque una vez encendida la chispa e iniciado un proceso movilizador, no les quedara otra que asumirlo y sumarse.

Eso sí, debemos tener muy claro que la movilización sin la argumentación adecuada no servirá de nada, porque movilizarse supone un gran esfuerzo de militancia que necesita apoyo y resultados para mantener el ánimo, avanzar y crecer. Porque además, la movilización sirve para confrontar a las clases dominantes y esos poderes controlan los principales medios de comunicación que marcan el discurso dominante. Eso significa que, para confrontarlos de forma efectiva debemos ser capaces de transmitir bien el mensaje en nuestros centros de trabajo, de modo que la movilización se entienda como necesaria y esperanzadora por parte de quienes deben secundarla. Si no conseguimos explicar y transmitir la necesidad de sumarse a estas movilizaciones no conseguiremos la retroalimentación necesaria para mantenernos firmes y conseguir nuestros objetivos.

Por ello, en los últimos años y tras diferentes análisis de la Ejecutiva Nacional, se apostó por impulsar todavía más una estrategia sindical basada en la confrontación y en la movilización en los centros de trabajo y por su puesto en la calle. Pero no una confrontación como fin en sí misma, carente de contenido y perspectiva. Sino todo lo contrario, una estrategia alejada de panfletarios y de acuerdo vacíos que solo complacen a unos pocos y que a veces son más cosméticos que reales. Una estrategia basada en acciones meditadas que tengan una repercusión concreta y unas consecuencias determinadas, consiguiendo no solo la visualización de los problemas y las demandas, sino también la consecución de resultados reales, cambios esperanzadores y mejoras sustanciales.

Los años 2021 y 2022 han sido determinantes en este proceso, por una lado con las movilizaciones en contra de la reforma laboral, siendo las dos movilizaciones que convocamos como sindicato las más importantes en Aragón, aglutinando a cientos de personas en ambas ocasiones en las calles de la capital aragonesa.

Por otro lado, no podemos obviar que el sindicato en su IV Congreso Nacional, aprobó la creación y puesta en marcha de la Caja de Resistencia, convirtiéndonos así, en el único sindicato de clase con una herramienta de estas características en Aragón. Una herramienta fundamental como apoyo material de la movilización y que supone por sí misma una demostración de la capacidad de respuesta de la organización. Con ella nos dotamos de un instrumento que hemos de hacer útil para los intereses de la clase trabajadora de este País, y que ha de articularse acompañada de la movilización sindical en los centros de trabajo y en las calles.

Por último, y no menos importante, este 1º de Mayo, fue el primero en que nos movilizamos en solitario, no por una estrategia propia o un interés en romper la unidad de otros años. Sino porque aquellas organizaciones con las que nos hemos movilizado en anteriores ocasiones consideraron buscar otros espacios, hecho respetable, pero que no ha de condicionar nuestras convicciones ni nuestra propia línea de trabajo. Quizás los movimientos que como organización hemos realizado y nuestro crecimiento hayan podido generar la necesidad de distanciarse. De todas formas, si alguien tiene dudas al respecto, ha de preguntar a estas organizaciones.

En cualquier caso, como consecuencia de ello, una vez más volvimos a demostrar que tenemos un gran músculo militante, muy por delante de la mayoría de las organizaciones sindicales de Aragón.

Y esto es algo que nos debe enorgullecer y servir de aliciente para seguir creciendo y demostrando que hay otras formas de hacer sindicalismo, sin injerencias ni tutelajes desde Madrid, con libertad para confrontar cuando lo consideramos necesario y sin dependencias económicas que nos condicionen y limiten en este sentido.

SERCHIO TELLA BARCELONA
Secretario de Organización de OSTA

V Cabildo Internacional de la FUS Uruguay

V Cabildo Internacional de la FUS Uruguay

El sindicato OSTA, va a participar los próximos 20 y 21 de octubre en el V Cabildo Internacional, realizadas por la Federación Uruguaya de la Salud del PIT-CNT en la ciudad de Montevideo (Uruguay).

La Federación Uruguaya de la Salud (FUS) ha organizado este Cabildo Internacional junto con el Instituto de formación Sindical “Enrique Barrios”, el IV Cabildo Internacional girara en torno a «La Pandemia Covid-19 y sus consecuencias en el mundo del trabajo».

OSTA participara en este evento internacional junto a organizaciones del País Vasco, Portugal, Argentina, Brasil, Chile o México.

Nunca un problema tan grande recibió tan poca atención

Nunca un problema tan grande recibió tan poca atención

El suicidio es quitarse la vida. Es una muerte que pasa cuando alguien se hace daño porque quiere terminar con su vida.

Según la Organización Mundial de la Salud, cada año se suicidan en torno a 800.000 personas en todo el mundo, lo que supone una muerte cada cuarenta segundos y una tasa de 10,6 personas por cada 100.000 habitantes convirtiéndolo, según la propia definición de la OMS, en un grave problema de salud pública a nivel mundial.

En nuestro país, las cifras también son alarmantes. Diez personas deciden acabar con su vida al día. El suicidio es la principal causa externa de muerte en los adultos y la segunda causa de muerte entre los adolescentes y los jóvenes. Sí, son cifras preocupantes y seguramente desconocidas para la mayoría de la población en general.

El suicidio ocupa un lugar entre las primeras 10 causas de muerte. Cualquier sujeto puede, en determinado momento de su existencia, sentir que la vida no tiene sentido por diversas causas, como la enfermedad física o mental, la pérdida de una relación valiosa, la soledad, las dificultades cotidianas en personalidades poco tolerantes, lo que convierte el suicidio en la mejor y única opción para estas personas.

El estado español se encamina a convertirse en el país número 29 en el mundo en trabajar en la prevención del suicidio, a pesar de que en la actualidad está a la cola de los países del primer mundo en la atención a las personas con ideación suicida y el duelo de las familias que han perdido a un ser querido.

Mientras que el Estado no consigue crear un Plan Nacional de Prevención del Suicidio, varias Comunidades Autónomas han comenzado a trabajar en sus propios proyectos de ayuda a personas que deciden quitarse la vida para dejar de sufrir, si bien en la mayoría de las ocasiones estos sufrimientos son pasajeros, se toman decisiones definitivas.

El suicidio no siempre es un problema de salud mental pero es claramente un problema de salud pública. No hay políticas de estado, no se habla en las familias ni en los colegios y los medios siguen reproduciendo mitos falsos.

Cómo van a reducir la tasa de algo que para la sociedad, el estado y los medios no existe?

El desafío que el suicidio impone a la sociedad es conseguir construir una respuesta que no sea la BRUTALIDAD DE QUITARSE LA VIDA.

Hay que crear comunidad. Ser parte de la creación del futuro, aún en la extrema desesperanza del presente, es crear lazos con la vida y con los vivos.

Sólo se combaten las ganas de morir, creando un mundo en el que valga la pena vivir.

Maria Angeles Molina y Maite Serrano

Un despropósito más en el servicio de Técnicas Superiores de Educación Infantil

Un despropósito más en el servicio de Técnicas Superiores de Educación Infantil

Las Técnicas Superiores de Educación Infantil prestan el servicio para el apoyo a las aulas de tres años de Educación Infantil y las de Escolarización anticipada (2 años) en los centros docentes públicos del Gobierno de Aragón.

Este servicio, que cuenta con más de veinte años de historia, es muy apreciado por la comunidad educativa por la labor que desarrollan y la calidad educativa que prestan.

Sin embargo, curso tras curso, sufren una precariedad laboral creciente a la que ahora se suma la suspensión cautelar del proceso de licitación de los pliegos de condiciones que rigen dicho servicio.

A la tardanza en la publicación de los pliegos, la prórroga de los anteriores y la exigua subida salarial estimada en el informe de licitación (el Departamento “estima conveniente incluir un porcentaje del 4% para cubrir las posibles subidas salariales para cursos posteriores y los futuros incrementos que puedan negociarse para el próximo III Convenio Colectivo”, lo que es lo mismo: ¡una subida de un 4% en cinco años con una inflación disparada a niveles nunca vistos en 2022!), se suma ahora la
suspensión cautelar de los mismos estimada por el Tribunal Administrativo de Contratos Públicos de Aragón en sesión de fecha 1 de septiembre de 2022.

Para añadir más incertidumbre a las trabajadoras, el Departamento publica una primera asignación de técnicos a fecha 5 de septiembre que no cumple con las expectativas previstas: de los 97 centros a los que se dotó de esta figura durante el curso pasado, a día de hoy han dotado 67, de las cuales son 27 para aulas de escolarización anticipada, muchas de ellas con uno o dos alumnos, es decir una reducción del 21 %.

¿Realmente se puede considerar calidad al recorte de apoyos, a la imposibilidad de muchos centros con necesidades de acceder a ellos y a la precariedad laboral de estas trabajadoras que, cada año, uno o dos días antes de que comience el curso, esperan un destino incierto?.

Los sindicatos UGT, OSTA y CCOO exigen la licitación de un nuevo pliego de condiciones, que tenga en cuenta las necesidades reales de la comunidad educativa y que permita a las trabajadoras la negociación de unas condiciones laborales y salariales justas y el mantenimiento de los puestos de trabajo.