Hemos mantenido la primera Reunión del Expediente de Regulación de Empleo de Extinción que pone encima de la mesa el despido de toda la plantilla de Bosal Industrial Zaragoza.
En esta primera toma de contacto, desde la comunicación recibida por el comité de empresa el pasado 19 de julio de la apertura del ERE, hemos podido constatar la poca voluntad negociadora del grupo para mantener el empleo y valorar el trabajo realizado por esta plantilla en los mas de 30 años de historia de la empresa, ya que no se han presentado ni los integrantes de la comisión negociadora por parte de la empresa, «los apoderados».
La reunión únicamente ha consistido en la entrega de la documentación y la propuesta de calendario de negociaciones por parte del departamento jurídico de la empresa, ante lo cual, tanto el comité de empresa, como las personas de los sindicatos allí presentes, nos hemos limitado en solicitar más información y preguntar a estos «representantes de la empresa» por las intenciones que tenía la misma en la negociación.
Solo hemos recibido rechazo o evasivas a las mismas, y ante ello, se ha dado por finalizado la reunión, con todas las dudas e incertidumbre por delante, pero con una visión clara de lo que esta sucediendo, el grupo ha tomado una decisión que a toda vista parece irrevocable.
No entendemos como una auxiliar de la automoción como es Bosal Industrial Zaragoza, con la historia y recorrido que tiene en el sector de la automoción en Aragón, pueda ser condenada a su extinción, por parte de un grupo empresarial, que lo único que esta buscando es maximizar sus beneficios, a costa del sufrimiento y de 131 familias, que ven como toda su vida laboral, y esfuerzos durante más de 18 años de media que tienen de antigüedad, no haya servido de nada más que para ser otro instrumento temporal del capital, como ya nos paso hace unos meses con el ERE extintivo y doloroso de Airtex.
Desde OSTA vemos con máxima preocupación, como lo que parecía ser un hecho aislado, como comentamos de Airtex, empieza a volverse una situación habitual en nuestra industria, lo que nos condena a todos los Aragoneses y Aragonesas a que, si las administraciones publicas no lo remedian, estemos perdiendo cada vez más capacidad industrial y empleo, lo que generará más paro y más pobreza en nuestro territorio.
Quedan varias semanas de negociación, pero exigimos ya al Gobierno de Aragón, que se pronuncie al respecto y haga una apuesta clara por defender el sector industrial actual, no solo a los nuevos proyectos, y que proponga o busque soluciones de futuro para esta plantilla y para una planta con unas condiciones perfectas para poder reindustrializarse.