La Dirección de SARGA con el beneplácito de la administración pretende matar dos pájaros de un tiro, realizando trabajos silvícolas en época de máximo riesgo de incendios en horarios que puramente deberían de ser para vigilancia y extinción de incendios, con la única finalidad de certificar el máximo número de hectáreas de trabajos que financia la Unión Europea y minimizar el coste a sufragar con partidas presupuestarias propias del departamento de medio ambiente.
Desde OSTA denunciamos una vez más la drástica reducción del tiempo de contratación para este 2019 de Cuadrillas Terrestres, Conductores de Autobomba (camiones cisterna) y Puestos Fijos de Vigilancia.
Las labores de prevención en las estaciones de otoño e invierno son fundamentales para evitar los incendios y para disminuir y atenuar sus efectos. Una buena planificación de estos trabajos preventivos es fundamental para que en numerosos casos estos incendios se queden en conatos (menos de una hectárea) o en incendios de pequeña magnitud. Debemos recordar detalles como que las cuadrillas helitransportadas, que trabajan los 12 meses y aseguran un mínimo e insuficiente número de efectivos durante el año, solo disponen de helicóptero unos pocos meses del año.
También es un dato preocupante que los Puestos Fijos de Vigilancia, el primer eslabón del Operativo de Incendios, que es fundamental para una actuación rápida, está contratado entre 3 y 4 meses de media y en algunos casos solo 88 días.
Desde la Sección Sindical de OSTA en SARGA exigimos la paralización de los trabajos silvícolas. SARGA y DGA hacen oídos sordos a la petición lanzada desde la parte social de que en máxima activación el Operativo de Incendios realice tareas más livianas y esté en condiciones óptimas para dar respuesta a las alertas por incendios. Consideramos que, durante el periodo de alerta por altas temperaturas, el Operativo de Incendios ha de concentrarse en tareas como prácticas de incendios, mantenimiento de la forma física, acondicionamiento del material y de la maquinaria, formación, etc.
Debemos una vez más recordar que no existe una regulación real del trabajo a altas temperaturas en SARGA, más allá de una instrucción técnica elaborada sin el consenso de la representación legal de los trabajadores y trabajadoras. En esta instrucción técnica entre otras cosas, no se tiene en cuenta la temperatura real de trabajo del personal de las cuadrillas. Días de 35 ºC con todo el equipo de trabajo y en plena actividad física, la temperatura que ha de soportar el trabajador o trabajadora puede rondar los 50ºC.
Por elle desde OSTA entendemos que se está actuando de forma irresponsable. Mandar 12 horas a un incendio a trabajadores y trabajadoras tras una jornada de trabajos silvícolas con estas elevadas temperaturas es una temeridad. La solución no es aconsejarles que se hidraten y que disminuyan el ritmo de trabajo o paren cuando así lo estimen, si al mismo tiempo se les presiona para que actúen y saquen el trabajo de un número de hectáreas determinado.
Por todo ello, demandamos que se actué antes de lamentar una desgracia que no tenga solución.